Implantes y prótesis
Desgraciadamente hay muchas personas a las que les faltan una o más piezas dentarias, ya sea por caries, por enfermedad periodontal (piorrea) o por traumatismos. Estas “mutilaciones” hacen que la función masticatoria y la estética se vean alteradas en mayor o menor grado.
Antiguamente, la sustitución de los dientes perdidos se hacía mediante prótesis de distintos tipos: removibles con bases en las encías y ganchos, removibles completas (las clásicas dentaduras cuando faltan todos los dientes) o fijas apoyadas en nuestros dientes remanentes, lo cual, en este caso, implica “rebajar” las piezas de los lados para colocarles unas fundas de sujeción.
Cómo se hacen los implantes dentales
En Clínica Dental Bodydent queremos ofrecer a nuestros clientes la mayor transparencia posible sobre los tratamientos que realizamos. Por ello, aquí le exponemos los pasos a seguir en este tipo de tratamientos. Si se queda con alguna duda, por favor, contacte con nosotros o visítenos, estamos situados en Illescas (Toledo).
Primer paso:
Hay que hacer un examen y diagnóstico: exploración bucal, historia clínica, estudios radiográficos, modelos de estudio de la boca, etc.
Una vez estudiado el caso, el tratamiento consiste en una serie de procedimientos que se dividen en: fase quirúrgica y protética. Ambas fases son realizadas tanto por nuestra cirujana como por el equipo de auxiliares; todos ellos con una formación y entrenamiento específicos en dicha técnica. Si el paciente no tiene ningún diente, normalmente no hay que realizar ningún tratamiento preparatorio, pero, si, por el contrario, hay que extraer algún diente en mal estado, habrá que esperar a que cicatrice el maxilar antes de colocar implantes. Sin embargo, actualmente, muchos casos los solucionamos de una manera inmediata. Sacamos dientes, colocamos implantes y, a las pocas horas, colocamos los dientes fijos.
La fase quirúrgica clásica, a su vez, tiene dos pasos: siguiendo una técnica de gran precisión, se van colocando las fijaciones o implantes dentro del hueso. La operación dura entre 1 y 2 horas y normalmente se hace con anestesia local. El paciente no tiene por qué notar grandes molestias, ni durante la operación ni después de la misma. En un maxilar donde no existe ningún diente se suelen colocar entre 5 y 8 implantes, en este caso, no se necesita un implante para cada diente.
Segundo paso (conexión de pilares):
Este segundo paso se hace después de un período de cicatrización, de entre 2 y 4 meses según se trate del maxilar inferior (mandíbula) o del superior. Este período de tiempo es fundamental para que ocurra la oseointegración y los implantes queden fijados permanentemente al hueso. Más tarde se realizará una pequeña intervención en la cual se conectan unas extensiones llamadas pilares a los implantes. Sobre estos pilares se conectará la prótesis terminada en una fase posterior. Durante el período de oseointegración se puede utilizar una dentadura o puente provisional acondicionado, sobre todo para cubrir las demandas estéticas. En la actualidad, este segundo paso ya no suele ser necesario, puesto que si el implante, en su colocación, queda bien anclado, se coloca el pilar de cicatrización en el momento.
Tercer paso (fase protésica):
Cuando cicatriza la encía de la segunda fase quirúrgica (más o menos en quince días), se comienza con la fase protésica. Lo primero que se hace es tomar unas impresiones de la boca. Después se necesitarán de 1 a 4 visitas, durante las cuales se evaluará el ajuste, la función y la estética de los nuevos dientes. Es evidente que todo esto debe cuadrar con una planificación previa. La nueva prótesis necesitará los cuidados y revisiones habituales, igual que si se tratara de dientes naturales, puesto que, aunque estos nuevos dientes no van a tener caries, sí pueden aparecer problemas en la salida a través de la encía.
Prótesis fijas y removibles
Hasta hace unos años, las coronas (fundas) se realizaban con una base metálica que era necesario enmascarar poniendo en un espesor de algo más de 1mm, la capa metálica (otra capa para ocultar el color gris del metal) y una tercera que daba el color y la forma al diente.
Además, si se retraía un poco la encía, se dejaba ver en la unión un reborde oscuro que en dientes anteriores resultaba notorio. Con estas nuevas cerámicas, conseguimos una naturalidad y belleza absolutas, ya que el color sale del seno del diente como ocurre en los naturales y no de la superficie como en las coronas de metal-porcelana. Además, su resistencia es muy alta no produciéndose casos de fracturas.
En su elaboración también interviene la informática, puesto que el diseño se hace a través de ella utilizando técnicas de CAD/CAM (que es un lector escáner que lee el diente preparado). El programa diseña las cofias siendo guiado por el técnico en prótesis dental.
Concluido el diseño se remite vía módem a Suecia, donde una máquina elaborará la cofia según el diseño. A los tres días, se recibe de nuevo terminándola y rematándola en nuestros laboratorios y quedando lista para ser colocada en el paciente.
Existen dos tipos de tratamientos para reponer las piezas que se hayan perdido. Podemos utilizar prótesis fijas o prótesis removibles.
Primero vamos a explicar lo que es una corona. Consiste en un diente artificial hueco. Se coloca sobre un diente natural que previamente ha tenido que ser tallado para dejar espacio al grosor del material de la prótesis. La forma que el dentista debe darle a la pieza tallada está muy estudiada. Tiene que ser en forma tronco-cónica. Sus paredes han de ser ligeramente inclinadas, para permitir que la corona entre, pero cuanto más rectas, tendrá mejor retención. Como siempre, las coronas tienen que ajustar bien en el cuello de los dientes, para que no se originen caries en el futuro. También deben encajar bien con el diente contrario. A esto le llamamos ocluir. Una oclusión correcta no es más que un buen encaje de los dientes de arriba con los de abajo.
Los dentistas ponemos coronas individuales cuando queremos cambiar la forma de un diente generalmente por estética. O, como dijimos antes, después de una endodoncia, para evitar la rotura de una pieza frágil. Un puente, o prótesis fija, consiste en dos coronas unidas a una pieza intermedia, o más, que queda sobre la encía, tocándola, pero sin unirse a ella. De este modo reponemos dientes perdidos, soportándolas con las que nos quedan. Debajo del puente hay un espacio, que procuramos disimular haciendo que toque la encía en la parte exterior, pero que hoy día nos interesa que quede abierto para limpiarlo. Ya dijimos que el objeto de la limpieza es la eliminación de la placa, no solo de los restos de alimentos como se creía antes.
Si no tenemos piezas que nos sirvan de soporte, tenemos que hacer dentaduras removibles, paladares de plástico (dentaduras) o de metal (esqueléticos). En la actualidad tenemos la alternativa de materiales como el Valplast, irrompible y altamente estético. Si nos quedan algunas piezas, se retendrán con ganchos. Si es una completa, tiene que adaptarse muy bien a todos los tejidos que se mueven en la boca para hacer ventosa. En las dentaduras completas, la buena oclusión es muy importante para que, al masticar, los dientes no tropiecen haciendo que se suelten.
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